Un par de enamorados

di Doloress
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                                                                                                             "Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos                                                                                                               una espléndida felicidad" 
                                                                                                               Pablo Neruda, "Muere lentamente"

Mientras estaban caminado por la calle, de repente, él se paró frente a ella y le dijo:
Mi amor, ¿nos podríamos sentar en un lugar tranquilo, donde no haya mucha gente? Voy a decirte algo.
Los latidos de su corazón empezaron a añadir cada vez más vueltas y, sorprendida, le contestó con otra pregunta:
- ¿Todo bien, mi amor?¿me tengo que preocupar?
- No, no. Despreocúpate. No es nada grave. Sólo quiero hablar un rato contigo, pero para eso necesito de un lugar tranquilo,- la tranquilizó él.
Siguieron caminando, hasta que no encontraron un bracito por ahí y se metieron en él en seguida. Pidieron al mozo que les trajera algo para tomar y atendieron los tragos antes de empezar a platicar. Entonces él le tomó las manos a ella, la miró en los ojos y empezó:
- La verdad, mi amor, es que llevo meses pensando en lo que me dijiste un dia en nuestro último viaje,¿recuerdas? Quiero que sepas que eso se me metió en la cabeza y nunca me dejó en paz. Así que lo pensé bien en esos últimos meses en los que estuvimos lejos, y quería hacerte una propuesta: ¿Te gustaría intentar vivir conmigo?
A ella, al oír eso, se les llenaron los ojos de lágrimas, y tomó el tiempo necesario para encontrar una respuesta a todo esto:
-¿Pero cómo?¿Cómo lo vamos a conseguir?¿Tu padre ya tiene la ciudadanía?
- Él está en eso. A penas termine con la suya, verá para la mía también.
Ella se levantó y se dirigió hacia él. Se sentó en sus rodillas, lo abrazó y, con los ojos todavía húmedos y una sonrisa en los labios, le dijo al oído:
-No puedo creer que todo eso se está volviendo realidad. Te juro que me parece un sueño. Magia.
Entoces lo miró en los ojos y le contestó a su pregunta:
-¡Claro que sí! ¡Claro que intentaría a vivir contigo! ¿Pero dónde? ¿Aquí o... dónde?
- En España, mi amor. ¡En España!

 




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